Kits TSH CLIA - (Inmunoensayo de quimioluminiscencia)
August 28 , 2024
Las anomalías de la función tiroidea abarcan principalmente dos afecciones: hipotiroidismo (comúnmente denominado "hipotiroidismo") e hipertiroidismo (comúnmente denominado "hipertiroidismo").
Las pruebas de función tiroidea desempeñan un papel vital en la detección temprana de enfermedades de la tiroides y son uno de los componentes esenciales de una buena salud.
Las anomalías de la función tiroidea pueden dar lugar a diversos problemas de salud. Los pacientes con hipotiroidismo (comúnmente conocido como "hipotiroidismo") pueden experimentar aumento de peso, pérdida de cabello, deterioro de la memoria e incluso coma mixedema. Los pacientes con hipertiroidismo (comúnmente conocido como "hipertiroidismo") pueden experimentar fatiga, intolerancia al calor, sudoración excesiva, pérdida de peso, palpitaciones, insomnio y arritmias. En casos graves, puede producirse fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca y crisis tiroidea. Además, la disfunción tiroidea puede afectar la fertilidad y el desarrollo intelectual de la descendencia. Debido a su presentación sutil, son comunes el diagnóstico erróneo y el subdiagnóstico. Sin embargo, las pruebas serológicas son seguras y precisas, y ayudan a la detección temprana de anomalías de la función tiroidea y a la intervención oportuna.
La hormona estimulante de la tiroides (TSH) en suero es el marcador más sensible para evaluar el estado de la función tiroidea de personas que se someten a exámenes médicos. Las hormonas tiroideas son indicadores de la función tiroidea.
La prueba de hormona tiroidea en suero es un medio importante para evaluar la función tiroidea, incluidos los niveles de T4 libre, T3 libre, T4 total y T3 total. Entre estos, la T4 es secretada principalmente por la glándula tiroides, mientras que la T3 se convierte parcialmente a partir de la T4 en los tejidos periféricos. La T4 total y la T3 total se pueden dividir en formas unidas y libres, donde la T4 unida se une a la globulina fijadora de tiroxina (TBG) y sirve como forma de almacenamiento y transporte de la hormona tiroidea, mientras que la T4 libre representa la fracción activa de la hormona tiroidea y refleja la función tiroidea. La hormona estimulante de la tiroides (TSH) sérica es un marcador sensible para detectar anomalías de la función tiroidea; los inmunoensayos de tercera generación tienen una sensibilidad inferior a 0,01 mU/l. Se requiere un estricto control de calidad interno y participación en una evaluación de calidad externa para las pruebas de función tiroidea.
Se recomienda utilizar el rango de referencia establecido por la Academia Nacional de Bioquímica Clínica (NACB) de los Estados Unidos para determinar si la función tiroidea es anormal según los niveles séricos de TSH y hormona tiroidea. El rango de referencia se define como el percentil 2,5 al 97,5, teniendo en cuenta factores como la edad, el ritmo circadiano y el embarazo que pueden influir en los niveles séricos de TSH y de hormona tiroidea.
Para personas con alto riesgo de hipotiroidismo o hipertiroidismo, se recomienda complementar la prueba de TSH con mediciones de hormona tiroidea. La combinación preferida es TSH, FT4 y FT3. Alternativamente, también se puede considerar la combinación de TSH, FT4 y TT3.
Para las personas que tienen resultados anormales en la prueba de TSH sola durante los exámenes físicos, se recomienda buscar un diagnóstico adicional en un departamento clínico o completar la prueba de hormona tiroidea en un centro de gestión de atención médica (examen físico).
Si se han realizado todas las pruebas de función tiroidea (TSH, T4, T3) y se encuentran anomalías, se recomienda estratificar a los individuos según la combinación de resultados anormales de TSH, T4 y T3.
Para personas con antecedentes de tiroiditis autoinmune o hipotiroidismo, se recomienda incluir pruebas de anticuerpos contra peroxidasa tiroidea (TPOAb) y anticuerpos contra tiroglobulina (TgAb) además de la evaluación de la función tiroidea. Estas pruebas adicionales ayudan a evaluar la presencia de enfermedades autoinmunes.
Resumen: Los exámenes físicos desempeñan un papel crucial en la detección de la disfunción tiroidea. Cuando sea factible en términos de capacidades de pruebas médicas y capacidad financiera, las pruebas de función tiroidea deben realizarse en los centros de gestión de atención médica. Es importante seguir el proceso de gestión posterior a la prueba para una gestión individualizada en función de los resultados.